martes, 20 de diciembre de 2011

La Canica



En la vida, existe una formula que es infaltable en el ser humano. Esta fórmula tiene años de descubierta y ha sido utilizada por millones de gentes para manipular a sus congéneres. Algunos la utilizan de forma consciente y son muy peligrosos, pero quienes la utilizan de manera inconsciente, lo son aun más.

Sexo.
En el año de 1983. Trabajaba en la zona Sur del D.F. Mi oficio en ese entonces ya era la ventaneria de aluminio, pero antes había recorrido otros oficios entre ellos el de pintor y en alguna ocasión recurrí a lo aprendido para suplir a algún maestro ausente y poder terminar el trabajo que de otra manera tendría que quedar pendiente. Un día martes mientras trabajaba en un edificio de cinco plantas, fui informado de que los ingenieros residentes de la constructora querían hablar conmigo, como mi trato con ellos era muy limitado, ya que mi patrón se encargaba de ultimar detalles con ellos, me pareció extraño que me llamaran directamente y más aun con la premura que lo hacían. Reuní mi herramienta y la guarde en la bodega general mientras acudía a la oficina que se encontraba a unas dos cuadras del edificio, por ese entonces la zona estaba plagada de construcciones y lotes baldíos, tan solo unas cuantas casas estaban habitadas y las calles eran transitadas en mayor parte por gente de obra, así podías ver desde albañiles, herreros, pintores hasta vendedores de comidas y bebidas preparadas, como en todos los rubros de esta vida, también hay personajes que parecen estar fuera de lugar y en ocasiones te encontrabas con personalidades que parecían llegadas de otra dimensión, una de ellas era una mujer morena de unos cuarenta años, tan morena que solo por los rasgos de su rostro no la confundías con negra, era gorda, chaparra y bebedora, le apodaban "La Canica", al parecer era ayudante de albañil, pero todo mundo sabía que aquel que la contrataba buscaba sexo y lo más seguro era que lo consiguiera.
-Mira esa gordita, wey ¿A poco no te la cogías?- Me pregunto un día Alejo. Quien tan solo contaba dieciséis años por aquel entonces y estaba atrapado en las redes del deseo (Igual que un servidor, aunque yo era cuatro años mayor)
-¿Yo? ¿Por qué? -Reclame divertido.
-Porque a ti te gustan mayores
- Pero no tan mayores, no chingues. Mejor me cojo a tu abuelita.
- ¡Chinga tu madre!- Mientras reíamos, la vimos perderse entre las construcciones. Una mujer madura, con muy poco atractivo para dos jóvenes que se consideraban "La Gran Cosa".
Una vez en las oficinas de la constructora, fui informado de la causa de mi llamado.
-Mira, mano. Te tengo una chamba que te va a dejar una buena lana. ¿Te acuerdas de la casa estilo americano?- Asentí en silencio, la sonrisa de ese mamón siempre me provoco desconfianza-Bueno, pues los dueños se pelearon con los carpinteros y estos les dejaron botado el trabajo, nomas agarraron sus cosas y se largaron. A los dueños les urge que se termine de barnizar el piso del recibidor, la escalera principal y parte del pasillo del primer piso.
-¿Y?
- Y que quieren que tú te lo chingues. El albañil ese que le dicen el flaco, les dijo que tú barnizas y como les hiciste las ventanas, quieren que tú barnices.
- ¿Pa' cuando?
-Mañana tiene que estar terminado.
- No, ni madres, no sale de aquí a mañana. Además yo no soy barnizador.
- ¿Entonces quien barnizo las puertas de la señora Bravo?
- Yo, pero porque eran muy urgentes y no había barnizador
- Y ¿De qué estamos hablando?- Me dijo en un tono que me hizo sentir estúpido y acorralado.
-Como sea, yo no puedo, tengo descanso hasta el domingo, pa' mañana nomas no sale. Búsquense otro.
-Pues hazlo hoy y te llevas un buen dinero, no son tantos metros.
- No. no tengo ni ayudante, mi ayudante no se presento a trabajar
- ¿No puedes solo?- Retador
- Hasta pa' pecar hacen falta dos.
Sonriendo insistió. - Éntrale, ofrecen buena lana

- ¿Cuánto?
- Tres mil
-Por ahí hubiéramos empezado- Mi sueldo semanal era de dos mil quinientos pesos, esa oferta era irresistible.- Pero se va a enojar mi patrón y necesito un ayudante.
-Tu patrón no te corre, y el ayudante yo te lo consigo y te lo mando, nomas tú le pagas. ¿Cuánto le vas a pagar?
- Quinientos.
- Orale. Vete a empezar y yo te mando un ayudante.
- Le dice que es a terminar ¿Eh?. Y me fui a reconocer la obra y checar materiales, cuando entre me sorprendió agradablemente el avance del trabajo. Yo esperaba algo más complicado, pero en su mayor parte ya estaba preparado para el barniz y era muy poco lo que tenía que resanar, en un rincón encontré el material completito. si las cosas se daban, para el final de la tarde estaría terminado el trabajo, sin necesidad de velar me podía embolsar dos mil quinientos pesos libres de polvo y paja. Mientras barría la planta baja, escuche llamar a la puerta y acudí a abrir, me sorprendí al ver que quien tocaba era "La canica" y más aun al conocer el motivo de su presencia.
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- Hola, busco al barnizador ¿Eres tú?
- A los barnizadores los despidieron, ya no trabajan aquí- Respondí, pensando que buscaba a los barnizadores anteriores.
-¿Y entonces por qué me mandaron a ayudarle a un barnizador aquí?- Interrogo sonriente.
-¿La mandaron a ayudarme? ¿Quién?
-El ingeniero "Greñas" Me dijo que me ibas a pagar quinientos si te ayudaba a terminar. - El ingeniero que me entrevisto, era conocido como el "Greñas" por usar el pelo largo y al parecer había decidido jugarme una broma pesada, el muy culero mandándome a la canica de ayudante. -¿Quieres que te ayude o no?- Pregunto la canica ya un poco molesta
- Mire, hay que lijar algunas partes y barrer todo el polvo de madera, debe estar muy limpio, pa' que no se contamine el barniz. Yo creo que echándole ganas, por ahí de las siete u ocho ya estamos terminando.

-Pos ya le estamos dando. Pero que conste que me vas a dar quinientos ¿Eh?- Recalco desconfiada.
- Si. Ese es el trato. Entonces, hágame favor de barrer desde el pasillo de arriba para que no nos caiga el polvo y por favor cheque que estén bien cerradas todas las ventanas y las puertas para que no entre nada de polvo.
-¿Me vas a encerrar?- Interrogo sugestiva. ¿Por cuánto tiempo?
-Hasta que acabemos.
-¿En serio?

- Si. No se puede abrir hasta en la tarde porque si se mete el polvo se pega en el barniz
- ¿Y qué vamos a comer? ¿Barniz? ¡No mames!- Yo en la emoción del dinero que pensaba cobrar, no había pensado en la comida, pero a esa hora todavía no vendían comida preparada y si quería terminar a buena hora no podía esperar, tenía que empezar a trabajar ya.
- Pues si quiere vaya a buscar algo para comer, pero no se tarde o se queda afuera, porque si empiezo a barnizar ya no abro.
-Pos dame dinero, yo no traigo y además al maestro le toca disparar la comida.
Saque un billete de cien pesos y se lo di.
-Tráigase un pan bimbo, jamón y queso.

-Y una cerveza ¿No?
-Andele pues. No se tarde, que hay que echarle ganas-. La vi alejarse y no pude contener una sonrisa, llevaba puesta una falda negra apretadisima y una blusa morada con estampado de flores, unas calcetas blancas hasta las rodillas y tenis de lona. Di la vuelta y regrese al trabajo. Arrodillado en el piso buscando afanosamente algún detalle por resanar, no sentí pasar el tiempo hasta que escuche llamar nuevamente a la puerta. Era la canica de regreso con dos bolsas. En una traía todo lo necesario para preparar una comida rápida y en la otra traía tres caguamas (Botella de cerveza en su presentación más grande) y una enorme sonrisa en la boca. - Ya volví- exclamo y su aliento alcohólico llego para anunciarme que ya había iniciado la fiesta.
- Pásele. Ya se tomo una cerveza ¿Verdad?

-A ti también te traje, mira- Mostrando la bolsa con las caguamas - Ayúdame, cabrón. No eres nada caballeroso, chinga.- Tome la bolsa y mientras buscaba un lugar en donde ponerla, le informe.
- Yo no tomo.
-¿Nunca?
- Casi nunca, una que otra vez en alguna fiesta.
- Pos hoy vas a tomar conmigo.

- No estamos aquí para tomar. Estamos para sacar un trabajo urgente.- Conteste mientras me preparaba un sándwich.

-Ay wey. ¿A poco muy responsable?- Su actitud me llevo a preguntarme si solo se había tomado una cerveza y al mirar mi reloj me sorprendí al constatar que se había tardado más de una hora en comprar la comida. Me acerque un bote y me senté en el, mientras me comía mi sándwich.

-¿Qué, no me piensas hacer uno a mi?- Interrogo la canica
- Nel. No soy su cocinero.-Respondí molesto.
- Uyuyuy, mano. Tu de veras te crees muy chingón ¿verdad?- Ante mi silencio, continuo- Pa' mi eres un pinche escuincle, no me quieras apantallar, mamoncitos como tú me los paso por el arco del triunfo. Estoy hasta la madre de pinches presumiditos que al rato me andan pidiendo las nalgas.
-¿Que le parece si lo dejamos así?- Propuse ya bastante encabronado- come, se lleva sus caguamas y si la vi, no me acuerdo
-¿Me corres?
-No... La estoy invitando a remar en Chapultepec- irónico.- Ya llévese la bolsa de caguamas y ahí nos vidrios. Yo tengo mucho trabajo y usted nomas me está quitando el tiempo.
- Pos no me voy wey. ¿Cómo ves? A ver, sácame culero.- Decidí no dar pie a sus agresiones y me prepare otro sándwich. Ella al sentirse ignorada insistió. -¿De verdad no me vas a invitar de tragar?
-Invitada ya esta. No come porque no quiere, la comida ahí esta. Prepárese lo que quiera.- Se inclino frente a mí y se preparo un bocado sin perderme de vista, se sentó en el segundo escalón de la escalera principal.
- Yo si te voy a servir cerveza, Pa' que veas que no soy gacha como tú. Pinche presumidito.- Se levanto y al darme la espalda pude notar que su falda se empolvo justo en las nalgas dejando la parte central con su color original, esto me causo gracia y sonreí. Era como tenerla desnuda frente a mí, aunque con la falda puesta.

-¿De que te ríes?- Pregunto mientras me ofrecía un vaso desechable lleno de cerveza. Lo recibí y di un sorbo.

-¿Esta prohibido sonreír?- Conteste.
-Mira, hijo. Si te vas a reír, que sea conmigo. Nunca de mí. ¿Quedo claro?
- Muy claro.
-Tómale bien, parece que estas tomando atole- Me recrimino refiriéndose a la cerveza.
-Así tomo yo. Usted no se fije. Acuérdese que venimos a chambear. Me levante, apure el resto de cerveza y me dispuse a continuar mi trabajo.

-¿Que, ya terminaste?-Interrogo
-Todavía ni empiezo. Termine de comer y me hace favor de barrer el pasillo y la escalera.
- No chingues, apenas voy empezando- Reclamo airada.
-Mire, o yo no hablo en español o usted escucha en chino, pero no nos estamos entendiendo pa' ni madres. Dije que termine y cuando lo haya hecho por favor barre. ¿Quedo claro?
- ¿Muchos huevos, cabrón?-Reto nuevamente, pero al notar mi enojo, agrego.
-Digo, Porque a mi me encantan revueltos- y se río con estrépito, su desfachatez me pareció graciosa y me reí con ella.
- ¿Ya ves? Si queriendo podemos entendernos, pero a ti te da por creerte mucho.
Decidí dejar pasar de largo el comentario y me arrodille para continuar la revisión y resane del piso, el calor en mis mejillas me anuncio que el alcohol estaba causando efecto, pero un vaso no era como para preocuparme y continué con mi labor. Al cabo de unos minutos, la canica rompió el silencio y anuncio.
-Ora si, a chambear se ha dicho. Ora veras lo que es trabajar de a de veras.
-Aleluya.- Respondí- Chéqueme que las puertas estén bien cerradas y sorpréndame con sus grandes habilidades.-Al pasar a mi lado mi vista se dirigió a su trasero y esta vez ya no me pareció un cuadro tan ridículo, volví a bajar la vista justo cuando parecía voltear hacia mí y cuando me propuso servirme otro vaso de cerveza, acepte solo para verla inclinarse frente a mí y poder observar ese trasero lleno de aserrín en polvo. Ella giro la cabeza rápidamente y me sorprendió mirando su trasero, dibujo una gran sonrisa de satisfacción y sentencio con picardía
- Se te antoja ¿Verdad?- Sentí vergüenza y fingí no comprender
-¿Qué?
-La cerveza wey. Se ve bien rica o... ¿Qué pensaste?-Burlona
-Se ve buena.-Comente
- Y esta mejor de lo que se ve.- Dijo con doble intención, mientras me daba el vaso lleno de cerveza.
- Solo hace falta un cigarrito- Dije mientras sacaba de mi bolsillo una cajetilla de marlboro rojos -¿Fuma?
-Claro. - Tomo uno y mientras le daba fuego, no dejo de mirarme provocativamente, inhalo el humo y mientras yo encendía mi cigarrillo, me lanzo una bocanada a la cara, queriendo lucir seductora, a mi el detalle me molesto (Esta pinche vieja se siente vampiresa de rancho. ¡Qué poca madre!) Se enderezo y dándome la espalda, observo atentamente la casa. Mi mirada se fue de inmediato a ese trasero que parecía cada vez más atractivo.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

John Lennon






Diciembre de 1980.
Después de un tedioso viaje matutino, arribaba al plantel del C.C.H Atzcapotzalco. Todo el trayecto me pregunte si la tarea estaba bien, si me peine correctamente, si la chica de cuarto semestre estaría dispuesta a salir el sábado conmigo y nada parecía indicar que ese fuera un día especial en absoluto. Llegue con algunos minutos de retraso a mi primer clase y mientras atravesaba el patio en busca del salón que me correspondía, escuche cantar Woman a algunos jóvenes reunidos dentro de un aula, acompañados por guitarras y un pandero, este hecho me sorprendió pero no tenía tiempo de detenerme a investigar y continué mi camino imaginando que participaba en tan agradable evento y que todas las chicas del plantel quedaban perdidamente enamoradas de mi al escuchar mi bella voz y descubrir mi virtuosismo en la guitarra. Por supuesto era solo un sueño recurrente en mi cerebro en aquella época. Al entrar en el salón, note al primer vistazo un grupo ubicado casi al centro, que rodeaba a Luz María, una bella compañera, que por desgracia me tenía una gran antipatía. No había maestro impartiendo clase, por lo que reinaba un gran barullo y al llegar con mis amigos pregunte

- ¿Que onda con esa bolita?
La forma como me veían mis camaradas me inquieto.
-¿No sabes?- Me interrogo Alejandro.
-¿Que, wey?- Presintiendo lo peor y notando por primera vez que Luz María lloraba y el grupo que la rodeaba intentaba consolarla-¿Que es lo que no se? Dime, no mames.
-Mataron a Lennon- Sentencio y espero a ver mi reacción. Todos mis amigos conocían mi afición, casi fanatismo por el cuarteto Liverpool. Yo voltee nuevamente hacia el grupito desde donde vi dirigirse hacia mí a Paty (En ese entonces mi novia) Quien al llegar a mi me abrazo y llorando me dijo- Tranquilo, tranquilo. No sabes cuánto lo siento.
Sentí un hormigueo subir desde mis pies y al llegar a la cabeza me causo un mareo repentino y una furia enorme que de inmediato enfoque hacia mis amigos y novia.
- ¡Ya déjense de mamadas y díganme que está pasando!- Grite.


- Lo balacearon.- Respondió Paty- Iba llegando a su casa y lo balacearon, no sobrevivió. ¿Cómo es que no te habías enterado? Todos hablan de eso.

En mi mente se fueron agrupando los detalles y comprendí, con la mitad de mi mente que no me gastaban una broma, volví la vista y nuevamente observe a Luz María que parecía inconsolable, pero ¿Lennon, muerto a balazos? El Hombre de la filosofía pacifista, el líder de pensamiento, el místico, el genio que influyo en mi generación y en la anterior ¿muerto a plomazos?


Ese día Radio Éxitos organizo un apagón de media hora en honor al genio, de ocho a ocho y media de la noche los admiradores de lennon apagamos las luces de nuestras casas. Adivina cuantas casas apagaron sus luces en mi colonia. Solo una, la mía (Y eso contra resistencia de mi madre y mi abuelo, a quienes Lennon les venía mas guango que los calzones de Capulina) Y mientras yo me disponía a escuchar la programación en su honor, mi madre me exigía que me dejara de pendejadas y encendiera la luz “Total a ese hijo de la chingada ni lo conoces”

Saque los huevos a orear y ni madres que permití que se encendieran los focos (Cuatro pinches focos, tampoco creas que vivía en una pinche mansión, pero bueno Algo es Algo - Dijo Un Calvo)

Los días siguientes, procure explicarles la importancia que las ideas de ese cabron tenían en mi generación a lo que me respondían con bromas y uno que otro cortón, pero el colmo fue cuando el pinche Chilio (Un Wey como de mi edad) exclamo en el paroxismo de la sorpresa ,mientras escuchaba Just Like Startin Over - ¡No mames¡ Ese pinche" yon lenon", nomas se murió y se volvió bien famoso- Que poca madre, cuantos cabrones estaban ignorantes y me vinieron a la mente las tardes con Carrillo y El Chino, en las que diccionario y cancionero en mano nos poníamos a traducir sus canciones, frase a frase y yo me sorprendía al ver que eran exactamente lo contrario de lo que imaginaba cuando las escuchaba por primera vez. Mis compañeros de primaria y yo eramos aficionados de los grupos mas representativos del rock, así algunos eran seguidores de Creedence, otros de Rollin Stones , de Doors y de Beatles y muy seguido nos veíamos envueltos en discusiones para demostrar la superioridad de uno u otro grupo, mis amigos y yo, conseguíamos muy frecuentes victorias , gracias a esas sesiones de traducción, ya que la mayoría de nuestros contrincantes no sabían ni el significado de las letras de sus grupos, además el hecho de que Carrillo cuidara un puesto de revistas nos permitia estar al tanto de las noticias mas recientes de aquellos que habían sido parte de Beatles.


Al terminar mi primaria nos mudamos a vivir a Chalco Estado de Mexico y el cambio de vida en comparación con la 201 era en verdad extremo, Mi actitud que en la 201 resultara tan efectiva, aquí no hizo si no atraerme cantidad de enemistades y weyes que yo ni conocía o recordaba me querian partir la madre, con la muerte de Lennon corrobore que pasaria mucho tiempo para conseguir amigos como los que deje atrás.


Con Lennon murió mas que un músico grandioso, murió un filosofo de época, un líder y el ultimo gran rebelde del rock (No basta con dejarte la greña, contorsionarte y ponerte hasta la madre de alcohol y drogas para ser un rebelde) y el sueño de ver reunidos así fuera una última vez, al cuarteto Liverpool.

domingo, 20 de noviembre de 2011

De Microbuses, Payasos y Rateros.


Un dia en que se complico cantidad tomar un taxi y despues de abordar el que se animo a llevarnos. Pregunte al chofer la causa de que varios de sus colegas se habian negado a pararse para llevarnos.

- Es por la inseguridad, mi mai. Cuando vemos a varios, le pensamos pa' subirlos.
- ¿A usted lo han asaltado? Pregunte.
- Fijese que no, gracias a Dios. llevo casi diez años en este negocio y nunca hasta hoy me ha tocado un asalto. Varias veces he sentido que han estado a punto, pero o no se animan o algo sucede que lo impide. Yo siempre me persigno y me encomiendo a Dios antes de salir de su pobre casa y pues ya le digo, nunca me han robado en mi taxi. Mejor me asaltaron un dia que no circulo.

El martes de esa semana. Andres desperto, pensando en que ocuparia el dia , ya que su taxi no circula los martes, en realidad no tenia muchas ganas de hacerle talacha pero era eso o aburrirse como ostra todo el dia, por eso cuando escucho a Maria preguntarle si podia acompañarla a surtirse de mercancia al centro de la ciudad, asintio gustoso y se fueron de compras.
Realizadas las compras, caminaron hasta la base de micros que los llevaria de regreso a casa y en el trayecto, un par de payasos hicieron la parada al transporte y le solicitaron permiso para hacer su actuacion. el chofer accedio y ambos subieron y se posicionaron uno al frente, junto al chofer y el otro al fondo del microbus junto a la puerta de descenso. El horario no era el mas socorrido en cuanto a pasaje se refiere, asi que el micro venia a penas a mitad de su capacidad y no traia pasajeros de pie, pór lo cual todos podian ver perfectamente a los payasos, vestidos con ropas de colores chillantes y maquillados para la ocasion, prometian un show bastante decente y los pasajeros se aprestaron a pasar un rato muy agradable.

El payaso que venia junto al chofer, inicio su discurso diciendo- Buenas tardes, señores pasajeros.
nosotros somos los payasitos y venimos a entretenerlos con nuestro show. Permitanme presentarnos. Alla al fondo esta mi compañero Cuchillin y su servidor el payaso Pistolon (Mientras sacaban de entre sus ropas las mencionadas armas) Y venimos a asaltarlos.
La situacion de inseguridad vivida en la ciudad y el ingenio de un par de payasos callejeros, dieron pie a que el pasaje se soltara a carcajadas por tan magnifica "Puntada" que se alcanzaron estos payasos. El chofer se volvio hacia el payaso y aun entre risas le bromeo.
- No mames, payaso. Me vas a espantar al pasaje.- El payaso volteo hacia el y dandole un cachazo que le abrio la cabeza, grito- ¡ Es en serio, hijos de la chingada! ¡Esto es un asalto y al que se mueva, se lo carga su pinche madre!
Un pasajero se levanto de su asiento y de entre sus ropas saco una funda de almohada y desde la parte trasera del micro recorrio todo el pasillo. Quitando las pertenencias mas valiosas a las personas, echandolas en la funda. Una vez logrado su objetivo el trio de malandrines se bajo del micro y subiendose a un auto que venia detras del transporte se dieron a la fuga dejando a mas de veinte personas sumidas en la confusion.
- Ese hijo de la chingada, de la fundita. Se subio desde la terminal- Nos aclaro el chofer del taxi- y estoy seguro que los pinches payasos nos siguieron hasta que hubo suficiente pasaje para "Rallarse". No crea, mai. hay que ser chingon pa' planear una mamada asi. A mi nunca se me va a olvidar.

martes, 15 de noviembre de 2011

Mi Primo Alberto Y EL Caso Del Gordo Con Voz De Silbato



En mis recuerdos de infancia hay un personaje recurrente, mi primo Alberto. Alberto es hijo de mi tío Lolo (Hermano de mi madre) y mi tía Margarita.
Es tres años menor que yo y mientras fuimos niños, compartimos cantidad de momentos agradables y otros no tanto pero éramos niños y continuábamos con nuestra amistad sin mayores problemas.
Alberto siempre fue un niño callado, "De esos que no hablan ni consigo mismos"(Palabras de mi tío Lolo) Era bajito, moreno y muy pinche guapito" Saco lo mejor de sus padres" (Me dijo un día la tía Lucha, quien es muy dura de agradar y poco afecta al elogio) A pesar de su corta edad, siempre mostró un carácter férreo y decidido, quizá demasiado rencoroso (Otro de los rasgos en los que coincidimos) pero una vez que logras su estimación consigues un gran amigo. A mi no me costo mucho lograr su afecto ya que a lo largo de nuestra infancia, varias veces nuestras familias vivieron juntas y esto propicio el trato de casi hermanos que nos unió tanto. Su tendencia al silencio le hacia un excelente escucha, siempre dispuesto a oír las experiencias de losdemás fue madurando rapidísimo y cuando de divertirse se trataba ponía muchísimo empeño por lo que llegamos a organizar muy buenos desmadres juntos. Recuerdo especialmente el verano de 1974

Agosto de 1974 Después de casi un año de mudarse a vivir a la casa de su tía"La Chata". Alberto regreso a "la Casa" para pasar las vacaciones con la tía Licha(Quien era la adinerada y quisquillosa de lafamilia) pero al no tener con quien jugar ( Guille la hija única de mi tía Licha era la mayor de los nietos y le llevaba siete años a Alberto) Siempre terminaba en el cuarto en el que vivíamos mi madre y yo. Todos sabíamos que una costumbre sana era pedirle permiso a la tía Licha. porque con ella no había perdón y "El Tochi" como cariñosamente le llamaba tu servidor procuraba no saltarse el tramite, así que una vez llegado e instalado comenzó a minar la férrea resistencia de Licha
- Tía ¿Me deja ir a jugar con Noe?
- No Alberto. Tu viniste a pasar tus vacaciones con nosotras y yo le dije a tu mama que te cuidaría

Pasada una hora
- ¿Tía me deja salir a jugar con Noe?
- No Alberto. Ustedes no pueden andar juntos. No hay ni a quien irle, son muy latosos, uno por chiquito y el otro por grandote y yo no quiero entregarle malas cuentas a tu madre.

Después de innumerables intentos y negativas la muralla fue cediendo poco a poco y al final, el permiso fue concedido, no sin antes llamarme para leerme la cartilla

-Mira Noe.(Me decía mi tía Licha con voz calmada mientras su mirada me amenazaba) Voy a darle permiso a Alberto de jugar contigo, siempre y cuando me aseguren que no van a andar de chocarreros por toda la casa, ni van a salirse a la calle a andar de vagos ¿Quedo claro?

Clarisimo había quedado, así que salimos al patio con la firme intención de portarnos tan bien que muchos santos nos envidiarían.
Después de algunos juegos por demás inocentes escuchamos a la tía Licha llamarnos.

-Noe. Ven acá con Alberto.
- Hay vamos tía- Conteste y nos apresuramos a subir a su costurero
- A ver chamacos. se van a la tiendita de Celinda y me compran un"combustible"( Por esos tiempos los "Boilers" no eran aun de gas y para calentar el agua se acostumbraba meterles unas bolsas rellenas de aserrín empapado en petroleo que vendían en todas las tiendas. Las había de dos clases, la de lujo de marca "Flama" con un diablito dibujado en la bolsa plástica y la económica embolsada en papel y sin marca. por supuesto estos eran los que comprábamos nosotros)
- Si tía. Vamos manito (Me invito Alberto)
Ya de regreso, la tía nos pidió que encendiéramos el "Boiler" y con el combustible y los cerillos nos dispusimos a hacerlo.Yo como mayor me dispuse a encenderlo y para ello introduje el "Combustible" y algunos pedacitos de madera, también procurábamos separar de la basura todo el papel y cartón para alimentar el fuego ya que el solo "Combustible" no era suficiente para dar a el agua la temperatura requerida. Alberto prudentemente, se mantenía atrás de mi observando atentamente el desarrollo de los acontecimientos y mientras tanto platicábamos de los primos de Alberto que yo no conocía y de los amigos que había dejado en la 201, de su afición por el Cruz Azul y la mía por las Chivas y de la ultima película que vimos juntos en la matiné del "Fausto Vega". Cuando de pronto notamos que un cartón de leche "Chipilo" al quemarse resaltaba las imágenes y nos llamo la atención.
- ¿Ya Viste, mano?- Exclamo Alberto. Señalando la caja que ardía en llamas dentro del "Boiler".-Se ve bien chingon el dibujito¿No?
- Oye si. ¡Que Buena Onda! Nunca me había fijado.- y tontamente introduje el dedo indice para señalar el dibujo y el cartón se pego en mi dedo, el plástico que lo cubría se mantenía adherido a mi y por mas que lo sacudía con desesperación no lograba desprenderlo. mientras tanto Alberto, brincaba frenéticamente de un lado a otro animándome a quitarme el llameante dedal y cuando en un intento desesperado sacudí la mano con mucha fuerza el cartón salio disparado yendo a parar en su mejilla, sus saltos se incrementaron notablemente.
-¡Quitamelo. pendejo¡¡Quitamelo, Buey! - Gritaba desesperado. Tomándolo de un brazo lo atraje hacia el lavadero y con la otra mano le lance agua a la cara,apagando el pinche cartoncito y retirandoselo de la mejilla. Exhaustos nos mantuvimos inclinados sobre el lavadero y de pronto estallamos en carcajadas.Era una situación de veras ridícula, la que acabábamos de vivir y nos colocaba en una posición bastante incomoda, ya que con la tía Licha no valían las excusas. Era gracioso notar en que pedo estábamos metidos a pesar de andar cuidándonos todo el santo día.

-¿Como se me ve?- Pregunto Alberto aun sonriente. Fije la mirada en su mejilla y observe la marca dejada por el cartón ardiente al llevarse el trocito de piel con el. En una casa de costureras sobran los espejos, así que no tenia caso mentir.
- De la vil chingada, mano.- Respondí con pesar.-¿Te duele?
-Poquito, pero.....¿Òra que le decimos a mi tía?
- No se wey.- Y el silencio nos envolvió, mientras reflexionábamos, hasta que Alberto entre risas rompió el silencio.
-No mames te veías bien chistoso con el pinche cartón pegado y nada que te lo podías quitar.
- Cállate wey. Tu no estabas como pa' concurso de belleza. Y ¿Como chingaos fue a caerte en la cara?
-¿Quien sabe? El chiste es que me cayo y me ardía bien gacho.
-¿Todavía te duele?
-No'mas me arde tantito, pero....¿Que le vamos a decir a mi tía?
-No se . Ultimadamente ella fue la que nos mando a prender el boiler ¿Que no?¡Pinches mamadas!
-¿Se nota mucho?
- Un chingo, manito. Tu prieto y la pinche mancha rosita ¡ A huevo que se ve!
- ¡ Vete a la chingada! Todavía te burlas wey.
- Ya, ya . Cálmate pinche tochi. Vamonos pa'rriba porque 'orita baja a bañarse y nos cae en la maroma
- ¡ De veras! Hay que subirnos y allá pensamos.
Y diciendo y haciendo, nos fuimos a encerrar y decidimos pedir permiso de que Alberto se quedara a dormir en mi cuarto para esconder el accidente por algúntiempo, así que cuando escuchamos bajar a la tía a bañarse esperamos a escucharla regadera y bajamos a solicitar su permiso.
- tía ¿Podria Alberto quedarse en mi cuarto a dormir esta noche?- Interrogue a mi tía, mientras escuchaba el agua caer en el interior del baño.
-¿Que no pueden dejarme ni bañar a gusto? escuintles latosos. Solo a ustedes se les ocurre molestar cuando me estoy bañando
- ándele tía déjeme dormir acá- Apoyo Alberto- Es que con usted son puras mujeres y yo no me hallo.
- Andale pues, pero nada mas por hoy. Ya mañana te duermes en el cuarto de tu abuelito y por favor compórtense que ya Rosa tiene suficiente con su trabajo como para todavía soportar las travesuras de ustedes.
-Gracias- Respondimos casi a coro y subimos la escalera para refugiarnos nuevamente donde nadie viera nuestras quemadas.

Al llegar mi madre de entregar "Los Colchones"en "LaMerced"(A partir de la muerte de mi padre, mi madre tuvo que trabajar con mucho mas empeño, lo que otrora fuera una actividad para complementar algunos gastos, se convirtió en nuestra única fuente de ingresos y en muchas ocasiones no era suficiente para cubrir todas nuestras necesidades, por lo que se pasaba los días pegada a la maquina de coser y cuando había tiempo hacia labores de limpieza y cocinaba en la casa de los dueños del comercio a quienes les vendíamos los colchones) Cenamos sentados en la cama unos deliciosos tacos de suadero que mi madre trajo. Mientras le platicábamos lo sucedido. Ella nos escucho entre asustada y divertida
-Ay pinches chamacos, son insoportables de veras ¿Y como fue que se te ocurrió meter la mano en el boiler, pendejo?- Dirigiéndose a mi.
-Pos yo nomas quería señalarle al tochi el dibujito- Respondí
-¿Y Pa'que, si el ya lo había visto? ¿ No te he dicho que primero despiertes y luego te pares de la cama? ¡Que pendejo! ¡Estas bien cabrón! Si tu padre viviera ya te hubiera puesto en la madre. A ver déjenme ver sus quemadas,acérquense pa'ca.
Mientras revisaba la mejilla de Alberto Me pidió que calentara un poco de agua con sal en un pocillo y mientra el agua se calentaba, saco de su monedero unas monedas y nos pidió que compráramos en la farmacia unas gasas y merthiolate.
Sigilosamente descendimos la escalera y cruzamos el patio hasta salir a la calle. Al cruzar la puerta, como por arte de magia olvidábamos nuestros pesares era como si pasáramos de una dimensión a otra y corriendo y vociferando nos dirigimos a la farmacia.
Al volver a casa, tomamos nuevamente toda clase de precauciones a fin de evitar ser descubiertos y una vez seguros en nuestro cuarto y mientras mi madre nos curaba, la conversación se dirigió hacia el trabajo de mi mama.
- ¿Como te fue en la chamba, Jechu?- Pregunte
- Bien. Gracias a Dios, pero vengo muy cansada y no pude pasar a comprar el material de una vez, ahora voy a tener que ir mañana.- Contesto.
- Si quieres yo puedo ir a comprarlo y tu descansas un ratito, en lo que vengo-Propuse sin imaginar lo que me esperaba al día siguiente.
-¿Si? ¿Me harías ese favor?
-Claro y si quiere ir el tochi, me lo llevo pa' que no se aburra.
y mirando con intención a mi primo repetí
- No sea burra, tochi, no sea burra ( jugando con las palabras)
- Ya te entendí, no creas que no -Dijo Alberto, reservándose una respuesta mas fuerte por la presencia de mi madre. El continuo trato con el abuelo, nos dio la suficiente claridad mental como para dominar diversos juegos de palabras desde muy chicos y aunque Alberto era mucho menor que yo, comprendía sin dificultad mis dobles sentidos, al igual que mi madre y mis tías. Después de una sabrosa platica decidimos dormir. Mañana seria otro día.

Al día siguiente después de desayunar mi madre me pregunto si aun estaba dispuesto a ir al centro de la ciudad por el material (El "material"consistía en algunos metros de plástico y telas con los que se confeccionaban"Los Colchones" y sus forros, los cuales iban en unos canastos llamados "Moisés", en los que se acostumbra dormir a los niños muy pequeños)
- Ya dijimos- asentí con seguridad.
-Buen, pues toma este dinero. Son trescientos pesos. Te vas primero a "Plásticos y Novedades" y compras el plástico, después vas a Pino Suarez y compras el encaje y la tafeta. ¿Todavía quiere ir Alberto?- Lance una mirada interrogativa a mi primo, Quien a su vez respondió a mi madre asintiendo con la cabeza
-Esta bien. Tengan mucho cuidado. Cualquier cosa llaman al teléfono de Licha.¿Estamos?- Ambos asentimos y mi madre nos reto
- A ver , díganme el numero- y escucho atentamente mientra ambos lo recitábamos de memoria.
-Perfecto, cuídense mucho y tu, Noe. No olvides que tu primo es chiquito y va bajo tu responsabilidad, cuídalo mucho.

Salimos a la calle sin ser vistos por Licha, cosa que nos hizo muy felices y echamos a andar rumbo a Rosales donde tomamos el camión que nos llevo sin contratiempos hasta la calle de San Pablo en pleno barrio de la Merced.

Caminamos por San Pablo, entre tiendas de bicicletas, comida y prostitutas,hasta llegar a Correo Mayor calle en la que se situaba nuestra primera meta "Plásticos y Novedades" comercio en el que comprábamos el plástico. Caminábamos observando los aparadores en los que se ofrecían diversas mercancías, Ropa, cosméticos y artículos estudiantiles,"útiles" como los conocíamos. Comentando sobre el bullicio del que eramos testigos, no repare en el tipo gordo que me cortaba el paso, hasta escucharlo decir Con una voz tan delgada y chillona que el mismísimo Chabelo no podría superar ni en sueños -Voz de silbato- pensé.
- Oigan chavos, ¿ustedes no saben donde puedo conseguir un "Diablero"?(Cargadores que utilizan una especie de carretilla conocida como "Diablo". Los puedes encontrar en todos los grandes mercados del país)
-¿Un "Diablero"? Pos en La Merced- Respondí , sorprendido por la ignorancia de un tipo que a su edad debería conocer el Distrito Federal de cabo a rabo.
-¿Y queda muy lejos?- (Ay no mames, este buey ha de venir directo de Zacazonapan. ¡No conoce la Merced, el muy pendejo!
-Ni tanto-Respondí, lleno de seguridad. Yo si era un verdadero "Chilango"que se sabia todo el "Primer Cuadro" de la ciudad y solo tenia once añitos. Chingon ¿No? - Ni tanto, mire, sale aquí derechito a San Pablo y camina hasta Anillo De Circunvalación, lo atraviesa y listo. Ahí esta La Merced. Yl uego, luego, va a ver un resto de diableros.-Asegure
-Si, hay un montón- Me respaldo el tochi, demostrando al extraño venido de la lejana galaxia de Zacazonapan, sus enormes conocimientos de la Ciudad De México.(Pinche Tochi. Siempre tan "Jala Parejo" pensé y un escalofrió lleno de ternura me recorrió el cráneo.El tochi era lo mas cercano que tenia a un hermano y cada que se sacaba una puntada yo me enorgullecía un chingo)
-Hijole, es que me va a quitar un chingo de tiempo ir hasta allá y llevo mucha prisa. Estoy dando cuarenta pesos por llevarme dos cajas de cuadernos, a tres calles de la papelería (Ay wey, a mi me daban un peso para gastar en la escuela y eso cuando había dinero, sino ni el peso veia)-Ustedes podrían hacerme el favor y ganarse esa feria.¿No?
Alberto me miro con una cara de ansiedad que aun no puedo olvidar. En su mirada pude descubrir la misma esperanza que yo podía sentir crecer en mi. Con un gran pesar por el y por mi,decidí que aquel hombre era un desconocido y no podía confiar en el, ademas, ¿A quien chingaos se le ocurría que yo podía cargar con dos pinches cajas de cuadernos?
- Chin pues que mala pata. fíjese que yo no aguanto tanto y mi primo menos todavía. Mejor corrale a La Merced y se trae un diablero de volada. Nosotros estamos chavos todavía.

Al responder negativamente sentía como si me sacara una tripa pero, primero había que andarse con cuidado con los rateros, si a los grandes se los chingaban, a los chavos como nosotros ¿Que nos esperaba? y segundo de veras no creía poder con el peso de dos cajas de cuadernos.
-Andale, no seas gacho, mano. Si ni pesan ( Al notar mi mirada de incredulidad,agrego con nerviosismo) Yo nomas porque ando bien madreado de la cintura y no puedo cargar. También por eso no quiero ir tan lejos a traer a un diablero,porque luego, luego, me chingo. Después no puedo ni caminar, ademas ustedes me cayeron a toda madre y quiero que se ganen la lana. imagínate, cuanto te vas a gastar en sabritas. ¿A poco no?- Mirando hacia Alberto.-Miren pa' que se animen les voy a dar tres libretas a cada uno pa'ora que entren a la escuela, sus jefes ya no gasten tanto.Tu que estas mas grande-Dirigiéndose a mi- te echas dos viajes y ya esta. Ahí mismo les doy sus cuarenta pesotes y sus libretas, de las que me pidan.
-¿Tiene de colores?-Interrogo Alberto y ahí mismo y sin querer me partió la madre (en ese tiempo estaba de moda la marca de libretas Stylo y era la única que tenia libretas con hojas de colores. Yo que siempre había soñado con una libreta Scribe de espiral sin conseguirla, de pronto me encontraba con la oportunidad de tener tres Stylo Color de un chingadazo y una buena feria de rebote. Ya me veía mandando a la chingada mis cuadernitos Polo que en vez de espiral tenían tres pinches grapitas y ni como arrancarles una hoja porque luego, luego te caía la maestra) El gordo, pendiente de mis reacciones, de inmediato aprovecho y me dio la puntilla.
- ¿Claro! y para que vean cuanto me caen de bien, les voy a dar también unpaquete de Pincelines Fantasy( Fa-fan-ta-fa-sy-fy Rezaba el comercial quepromocionaba tan magnifico invento ¿Quien se hubiera imaginado que algún díaexistirían plumones de color?¡ la cara que pondrían mis pinches compañeroscuando sacara de mi morral el estuche de pincelines! ¡ No mames!)
- ¿De cinco o de diez?- Ya sin poder contener mi entusiasmo.
-De diez. claro
-¿Uno pa' cada uno?
-Este es buen negociante ¿No?- Viendo a mi primo- Ya vas, nomas porque me caes a toda madre, pero ya hasta ahí porque ya me vieron la cara de pendejo.Vénganse, vamos a la papelería, Pa' que sepas de donde me las vas a llevar y luego te llevo a donde me las vas a dejar ¿Orale?
-¡Orale!- Asentimos gustosos y caminamos a su lado. Al llegar a una papelería atestada de gente. Me dijo
- Ven te presento a la chava que te va a entregar las cajas- y dirigiéndose a una muchacha rodeada de clientela, exclamo- Señorita, señorita-Al llamar la atención de la aludida. Dijo- El es quien va a venir por las cajas ¿Eh?- La chica solo asintió con la cabeza y siguió atendiendo clientes.
- 'Ora vamos a donde me tienes que llevar las cajas- Me dijo, mientras salíamos del establecimiento y pasando por el tochi, echamos a andar por Correo Mayor hasta tomar Corregidora, después la plaza mayor hasta Donceles y ahí, luego de caminar unos veinte metros. Dijo
-Aquí te vamos a esperar. ¿Sabras llegar sin perderte?- (Pendejo. No sabes conquien estas hablando, a huevo que se nomas faltaba. Aquí el único que no conoce eres tu) pensé mientras respondía
- Si señor.
-Bueno, pos a darle. Te voy a llevar pa'star seguro que vas a la papeleríaindicada, no te vayas a equivocar y que pinche perdedero de tiempo. Tu,chaparrito nos esperas aquí.¿Eh?-Dirigiéndose a Alberto- No te vayas a mover.nomas dejo a tu primo y regreso.¿No te da miedo? ¿Verdad?
-No- respondió alberto con valentía- Aquí los espero.
- Vamos pues- Dijo el gordo mientras echaba a andar, después de algunos pasos se detuvo abruptamente fingiéndose sorprendido por una idea repentina- Oye ¿No traerás nada de valor? ¿Verdad?- negué con la cabeza, comenzando a sospechar. El al notar mi desconfianza. Agrego-Es que me han dicho que por aquí hay muchos rateros y como te van a ver con las cajas ... Vayan a pensar que traes dinero y te quieran robar- Sin darme tiempo a reflexionar. Añadió-Si traes dinero se lo habías de dejar al chavito, de el ni quien sospeche. imagínate tu chambeando pa' que otro wey te chingue tu dinero. Yo te lo guardaría pero... ni nos conocemos bien todavía.
-¿Tu lo cuidas carnal?- Pregunte a mi primo.
- Si manito- Respondió con la seriedad que tan solemne momento requería.
- Que nadie vea que se lo das- Aconsejo el gordo mientras hacia"casita" con su enorme corpachón. Yo saque el dinero de la bolsa del pantalón y se lo entregue al tochi , que nada pendejo lo deslizo de inmediato en la bolsa del suyo.- Te lo encargo mucho, carnal- Le dije quedito-No hay pedo. Yo lo cuido- Me respondió con seguridad.
- Pos 'ora si. Vamonos corriendo que ya se nos hizo tarde y el tiempo es oro -Dijo el gordo echándose a andar a toda prisa , sacándome varios pasos de ventaja y obligándome a correr tras el para alcanzarlo
- ¡Apurale chavo! ¿No ves que tu primo se quedo solo? Me da harto pendiente,mano. Orita nomas te llevo y me regreso en chinga a cuidarlo. Ya ves que esta bien chavito.¿Cuantos años tiene?
- Siete. Pero es bien cabrón. Bien pinche listo pa' su edad- Respondí orgulloso
- Se ve, se ve,- Acepto el gordo- ¿Ya viste la papelería?
- Si.
-Cámara,- hay te dejo, voy a cuidar a tu primo. No te tardes ¿Eh?
- No mas que me den las cajas y allá les caigo. Me llevo de a una¿Verdad?
- Si. La otra se las encargas a los de la papelería. Les dices que orita vienes por ella.
y dando vuelta hecho a andar al encuentro de Alberto. A mi algo no me cuadraba pero no sabia de que se trataba y me apresure a terminar con el asunto.

Entre en la papeleria y de inmediato busque con la vista a la dependienta que me atendería pero no estaba a la vista. Los demás empleados también lucían ocupadísimos y no sabia a quien dirigirme. al dar otro repaso visual sentí un gran alivio al ver aparecer desde el fondo del pasillo a la chica cargada de"útiles" y fui a su encuentro.
- Señorita ya vine.-Le dije.
Me miro sorprendida, sin reconocerme y agregue- Por las cajas de cuadernos, que le dijo el señor gordito
- Ah si. Pero tienes que tomar un turno y esperar a que te llame- Una enorme inquietud se apodero de mi. Era una especie de presentimiento que ponía mis piernas a temblar en un intento de correr.
- ¿No me las puede dar así? Andele es que tengo mucha prisa y todavía tengo que regresar por la otra- rogué desesperado. La chica me miro con cara de simpatía y me dijo
- Nomas despacho este pedido y te atiendo a ti ¿Juega?- asentí con la cabeza, totalmente enamorado ya de su sonrisa y amabilidad-¿Van a ser de raya, de cuadro, o de dibujo?-
- ¿No le dijo?
- No.
Me congele. ¿Y ahora que chingados hago? ¿Como no se me ocurrió preguntarle?¡Pero que pendejo! mejor le corro a preguntar ya se esta haciendo tarde y por ahí checo que este bien el tochi
- Orita regreso señorita le voy a preguntar
- Aquí te espero-
Sali corriendo como alma que lleva el diablo la inquietud me devoraba y no dejaba de crecer a cada momento.en mi mente no dejaba de reprocharme ¿Como fui a dejar al tochi solo? Ay Dios Mio, Que no se lo hayan robado. Señor no dejes que le pase nada malo. Ora si voy a estudiar, Señor pero por favorcito que el tochi este bien.
Al dar vuelta en Donceles, pude verlo, sentadito en las escaleras de una librería, esperándome y el alivio casi me hace cantar. Disminuí el ritmo de mis pasos y lo observe mientras me acercaba ¡Que pequeño! y ¡Que valiente! Nuevamente fui invadido por la ternura y el orgullo ¡Que chingon mi primito. Me cae de madre! Ensimismado en sus pensamientos no noto mi presencia, hasta que estuve Frente a el. Al levantar los ojos y verme, me dedico una sonrisa afectuosa y pregunto
-¿Que paso, Ya estuvo? ¿Ya trajiste la primera? ¿Y si te ayudo con la otra? Ya no quiero quedarme aquí. Manito.
- No,mano. no me dijo ese cuate de cuales libretas y me regrese a preguntarle.¿Y donde esta?
-Fue a verte. Tenia pendiente de que no las fueras a aguantar.
La desconfianza volvió de golpe. trate de hacerla a un lado pero era muy fuerte y se quedo ahí, presionando mi cerebro entre sus garras y susurrando en mi oído una sola frase- Eres un pendejo, Eres un pendejo- Repetía sin cesar.
La pregunta llego flotando tras de mi, entro por mi nuca y salio por mi boca
-¿Y el dinero, carnal?
-¿El dinero?-Pregunto sorprendido-Pos se lo di. Como tu mandaste decir.
-¡No mames, wey! ¿Se lo diste? ¡En la madre! ¡Ya nos chingo!
- ¿Tu crees?
- Si. A huevo. Por eso tantas pinches promesas. ¿Y ahora, que le digo a mi mama?
- A lo mejor te anda buscando, pa' ayudarte con la caja. Se veía re preocupado.habíamos de ir a ver.
- Vamos pues- Mientras caminábamos, pude ver varios camiones de la policía repletos de granaderos. Estacionados en el Zócalo y me imagine organizando la captura del pinche gordo y como me pedía perdón llorando, mientras era arrastrado a la cárcel mas cercana. Sin dejar de observar a quienes nos rodeaban, seguimos nuestro andar en busca del gordo con la vaga esperanza de recuperar el dinero de mi madre. Cuando llegamos a la papelería mi zozobra era tal que ya no podía disimularla y con muy pocas esperanzas interrogue a la señorita que antes me atendiera.
- Disculpe¿No ha venido el señor de los cuadernos?
- No. No ha venido- Mirándome con preocupación-¿Están perdidos?
-No. es que me pidió que le lleve los cuadernos pero no lo encuentro para llevárselos.Ya se los pago ¿Verdad?- Pregunte, temiendo la respuesta.
-No.
El empleado que atendía a su lado. volteo hacia mi mientras me preguntaba
- ¿Le dieron dinero?-al responderle afirmativamente, pareció disfrutar la respuesta y con cara de sabelotodo sentencio
- Ya se los chingaron, chavos. Ya mejor váyanse a su casa ese wey ya ha de irbien pinche lejos.

Salimos del local, sin saber que paso dar a continuación. Una idea llego a mi mente y se la exprese a mi primo.
-¿Y si pedimos ayuda a los granaderos?
-¡Claro, que lo agarren y le pongan una madriza por culero! ¡Que buena idea,manito!- y corrimos hacia el Zócalo, no había tiempo que perder el pinche gordo seguramente se estaba alejando cada vez mas. pero los granaderos en sus camiones podrían alcanzarlo rápidamente, a lo mejor hasta los helicópteros le echaban. Pinche gordo pendejo, no supo con quien se metió, arrepentidota que se iba a dar el buey. Al llegar al Zócalo nos dirigimos al primer camión y de un vistazo decidí hablar con un granadero que se asomaba por la ventanilla y tenia cara de amabilidad.
- Oiga señor. ¿Usted nos puede ayudar? Por favor.
- ¿Que les pasa chavos?- Contesto
-Fíjese que un señor nos engaño y nos quito el dinero que nos dio mi mama para el material.
-Hijole, chavos. Yo con gusto los ayudaba pero ya nos tenemos que ir y no podemos bajarnos. Nomas estamos esperando a que lleguen los chóferes, pero búsquense un policía de a pie y le cuentan lo que les paso y el les va a ayudarpero corranle o se les pela el ratero.
No necesito decirlo dos veces. Salimos corriendo de regreso a Correo Mayor enbusca de un policía que nos auxiliara y al ver a uno en la acera platicando con una "Maria"(El Centro de la ciudad siempre ha padecido por elambulantaje, en los 70's, aunque en mucho menor proporción, existían vendedorasvestidas de inditas a las que llamábamos "Marias". En su mayoría sededicaban a verle la cara de pendejos a los turistas extranjeros vendiéndolesbaratijas a precio de oro pero también a muchos paisanos que no frecuentaban el centro los timaban vendiéndoles bolsas con cacahuates, nueces o pistaches que simulaban estar copeteadas. El truco consistía en meter el puño por el fondo de la bolsa para doblarla por el interior y poner las nueces solamente en la parte superior) Nos dirigimos hacia el, sin tomar en cuenta nuestra presencia, el azul siguió platicando con la maría. En nuestra apuracion decidimos interrumpir, lo que no pareció agradarle en absoluto.

-Señor, señor ¿Podría ayudarnos? Un tipo gordo nos quito el dinero que mi mama nos dio para comprar el material.

-Uuuuuuuuuuuuy,manito. Yo no me puedo mover de aquí, vamos a hacer una cosa. Ustedes me lo traen y yo aquí lo apreso ¿Que tal?.- No podíamos creer lo escuchamos.

-Ayudalos no seas cabrón- exclamo la maría, al parecer indignada también, a lo que el poli respondió.

-No les creas. ¿No ves que es una trampa? A estos chamacos los mandan los rateros para distraernos de nuestra vigilancia y poder robar a gusto. Mientras yo me ando paseando con ellos sus cómplices se adueñan de todos los negocios. Si es lo primero que nos enseñan.

- Ay. No mames. Que poca madre tienes.- Respondió la Maria, el policía molesto se volvió contra nosotros.

- ¿Ya ven? Por su pinche culpa. Orale, sáquense a chingar a su madre de aquí- Exclamo amenazante. ¿Y Con quien acusas a un policía?

-Vamonos manito- Me urgió Alberto jalandome la manga.

-Vamonos.-Le respondí. Ya sin ideas y con la moral por los suelos (A esa edad todavía crees ,que la policía esta para combatir a los ladrones aun a costa de su vida y tener el primer encuentro con la realidad es tan o mas frustrante que ser robado) continuamos caminando por correo mayor.

De pronto escuche a Alberto decir.

-Perdóname, manito.

-¿Por Que?

- Por darle el dinero al pinche gordo.-Queriendo llorar.

-No. Perdóname tu a mi, por haberte dejado solo con ese wey. ¿Que tal que te roba? Lo importante es que estas bien- Queriendo llorar yo también. La sola idea de que, pudiera pasarle algo a mi primito, me partía la madre en seguida.Mientras cavilaba, vi el pasaje en el que se ubicaba Plásticos Y Novedades y se me prendió el foco.

-¿Y si le pedimos prestado el material a Mario?

-¿Crees que te lo preste?

-Yo creo que si. Tenemos un chingo de tiempo comprándoles y nunca les hemos pedido nada, ademas, yo siempre soy a toda madre con el.

- Pues hay que decirle.- Con la esperanza renovada, caminamos directamente a la tienda y en el mostrador de la entrada pedimos hablar con Mario, el encargado del negocio.

-Huy.que formalito vienes hoy, Noe.- Me dijo la cajera - Hasta pidiendo audiencia y toda la cosa.-Su expresión cambio al notar los surcos que las lagrimas habían dejado en mis mejillas-¿Estas bien? ¿ Por que lloraste?- Mi respuesta broto acompañada de un sollozo y mientras mas hablaba mas lloraba. Era la primera vez en todo el día en que un adulto parecía interesado en ayudarme realmente y no pude contener el llanto, al sentir el interés Que esta mujer mostraba por nosotros.

-Nos robaron el dinero y no tengo para pagar el material ¿Podrías fiarmelo mario? Por favor. Yo te lo pago. De veras,mano.

Mario me observo y negó con la cabeza, mis esperanzas se vinieron abajo. ¿Que este wey no era mi amigo? ¡Que puto! La primera vez que le pido un pinche favor y me lo niega. Ya ni la chinga.

-¡Prestaselo,Mario.- Imploro Martha, la cajera- Míralos, pobrecitos. Están bien chiquitos,mira este chaparrito. ¿Te hicieron llorar tambien, mi vida?- Alberto asintió llorando y me cae de madre de que si no hubiera estado el mostrador de pormedio, se hubieran abrazado.

- Si Martha. Están bien chiquitos, por eso mismo no puedo prestarle nada, ademas su madre merece saber que les paso. Mira Noe, tu sabes que aquí los estimamos mucho ( Aja, como no, pinche ojete) dame el teléfono de tu mama y la llamamos para que venga por ustedes. - Y volteando hacia Martha, dijo- Martha por favor preparame tres vales a nombre de la señora rosa, vamos a ayudarla. como no,pero tendrá que ser ella la que nos firme los vales-

Recite el numero telefónico y el alivio me fue invadiendo a medida que comprobaba que la responsabilidad era atraída por los adultos.

Al colgar mario el teléfono, me dijo

- Ya esta. No te preocupes, mano. Ya tu madre viene en camino. siéntense un ratito y orita les traigo unas Sabritas.

La idea de que nos "Dispararan" unas Sabritas nos devolvió la sonrisa y nos sentamos a esperar. Cuando llego el esperado obsequio, tuvimos que despertar al Tochi, que agotado de dar vueltas a todo correr se había quedado dormido ,recargado en mi costado.

Mi madre no tardo en llegar y se veía alarmadisima. De inmediato nos hizo un reconocimiento y mientras firmaba los vales que amparaban el costo del material no dejaba de agradecer las atenciones que nos brindaran en la tienda. Al salir a la calle me interrogo.

-¿Como fue que les quitaron el dinero?- Hasta la fecha no se que me obligo a mentir.

-Un gordo me alcanzo por atrás y me empujo y me jalo el dinero- Respondí.

-Si un gordo, grandote y Noe no se lo quería dar y luego lo correteamos pero no lo alcanzamos. tía- Me apoyo Alberto. Mis sentimientos se vieron divididos entre la vergüenza de mentir a mi madre y el orgullo de ver la lealtad a prueba de balas que me tenia el tochi. Desde entonces vivo con el cargo de conciencia de haber mentido a mi madre y a pesar de que han pasado mas de tres décadas, no puedo dejar de sentirme una mierda cada que recuerdo mi mentira hacia la persona que mas me ha querido en este mundo.



Después de unos años, cuando ya estudiaba la secundaria en otro rumbo de la ciudad,recorde esta experiencia y mientras la narraba a un par de amigos, se fue formando una bolita de chamacos para escucharme. Yo esperaba que al terminar,empezaran a chingar con aquella frasecita de - 'Ora echate una de vaqueros-Pero, por el contrario, todos quedaron en silencio, solo uno de ellos, ElSasquash ( Por lo grandote) me dijo- Yo si te creo, mano. Fijate que ese wey también nos chingo a mi y a mis dos primos cuando fuimos al Centro a surtir nuestras listas de útiles hace un año.

El saber que el maldito gordo no me había visto la cara de pendejo solo a mi, me resulto agradable, pero el imaginar que andaba suelto, buscando mas victimas entre los niños, me alarmo cantidad y desee ser un gran vengador para partirle la madre, pero no todos los deseos se hacen realidad. y me quede con las ganas hasta la fecha. De cualquier modo te recomiendo no dejar a tus hijos solos por aquel rumbo, donde el que no corre vuela.



15 DeFebrero 2008

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