jueves, 12 de diciembre de 2013

La Bruja




Se dice que existen realidades paralelas, con las que algunas veces nos encontramos.  El Olimpo cayo, cuando los mortales dejaron de adorar a los Dioses, los cuales esperan en algún rincón, débiles y derrotados,a que el ser humano vuelva a creer en ellos, para así recobrar su gloria.
Hay otros seres que por el contrario se ven beneficiados por la falta de credibilidad del ser humano y se mueven entre nosotros, envueltos en una capa de escepticismo, que los hace invisibles a nuestros ojos.
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Era un viernes  por la noche. Benjamín, aprestaba su escopeta y los demás triques que utilizaría, para salir de cacería esa noche. Escuchaba atento las palabras de Fulgencio, quien lo acompañaría en su aventura nocturna.
-         - …Si quieres nos subimos por el camino del rancho y le damos pal Ayaquemetl, vas a ver qué regresamos bien cargados, más que tu llevas escopeta, nomas le apuntas la lámpara a cualquier copa de árbol y veras como se quedan los pájaros bien atolondrados, sueltas el disparo y caen como granizo, el trabajo es levantarlos, vas a ver.
-          - Por el camino de la casa de la vieja Macaria ¿Dices?
-          -Por ese mero, por cierto ¿Cuántos años tendrá la vieja, tu?
-         - ¿Sepa? Desde que éramos críos, ya la recuerdo vieja.
-        -  Ja, Ja, También yo, parece que por ella no pasan los años.
-        -  Y ¿Qué me dices de su hermana? Quesque mas chica, pero yo la veo igual de anciana que la Macaria, donde que ni quien las cuide.
-          -Ni falta que les hace, así como las ves de viejas son bien independientes, todavía levantan cosecha.
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Macaria, vivía con su hermana Josefa, en una casa de adobe a la salida del pueblo y en esa noche de luna llena, también se aprestaba para salir de cacería. El viejo cuerpo encorvado, avanzo hasta la franja de luz de luna que entraba por la ventana, ahí se encogió y pareció resplandecer con destellos de plata, lentamente se enderezo y dejo ver una mujer totalmente rejuvenecida, sonrió a su hermana y se encamino hacia el exterior.
-          ¿Vas muy lejos?- Interrogo Josefa.
-          Un poco. Tú cuida, Mañana sales tú.- Ordeno Macaria y continúo su camino.
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La vereda estaba iluminada por la luna y permitió ahorrar pilas a los cazadores. Un trió de sabuesos lideraban la marcha, avanzaban de manera errática, olisqueando las hierbas, pegando carreras cortas y jugando entre ellos. Benjamín miro a lo lejos, los cerros que coronan el Ayaquemetl y nuevamente se pregunto, si no serian pirámides enterradas, a buen paso llegarían como en una hora, pero no creía necesario recorrer toda la distancia, generalmente a menos de media hora de camino, encontraban una buena cantidad de presas, eran presas pequeñas, ardillas, coquitas y si bien te iba alguna liebre, en realidad no era tanto la presa, sino la emoción de disparar un arma de fuego, el gusto de lo furtivo, era como hacer travesuras de adulto. 
A sus espaldas, escucho a Fulgencio Decir.
- Traigo tortillas y pulque, si matamos una liebre, nos la comemos en el cerro. ¿Órale?
La idea de encender una fogata y preparar la liebre en pleno cerro, le emociono de inmediato y gustoso asintió, ya se veía como en las películas de la tele, esta tenía que ser una noche maravillosa.

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lunes, 2 de diciembre de 2013

El Bobi y la Sospecha.




Por ahí de 1998, conocí al Bobi. Era primo de uno de los rateros, que rondaban por la zona en que se encontraba mi taller. El Bobi tendría unos sesenta años, pero conservaba un cuerpo musculoso y su actitud era muy vital, tenía un carácter por demás alegre y sus bromas siempre eran  bienvenidas, tanto mis ayudantes como tu servidor, disfrutábamos de sus visitas, le gustaba la cerveza y siempre cooperaba para la comida.

Una ocasión, mientras preparábamos una botana, para comer, se acerco un cliente y mientras, me pedía presupuesto de un cancel para baño, el Bobi no lo perdió de vista, el cliente, era un tipo como de unos cincuenta años y usaba unas gafas con mucho aumento. (De fondo de botella, diría mi padre) y su físico menudo le daba una apariencia un tanto cómica. Le entregue una hoja de papel con el presupuesto y se retiro, cuando estaba por perderse de vista, el Bobi comento - Ese Wey, es un claro ejemplo de quienes padecen vista pornográfica.- Sonreí divertido, pensando que había equivocado el termino.
-¿Vista pornográfica?- Interrogue sonriendo.
- Así es. Porque si le quitas los lentes, ve pura verga.

Una tarde llego con actitud seria, no estábamos acostumbrados a verlo así y nos causo extrañeza, se recargo en el banco y se mantuvo silencioso, unos minutos. Parecía estar entre triste y enojado. El Chester (Mi ayudante) Me interrogo en silencio con un levantón de cejas, yo le pedí paciencia colgando las comisuras de la boca y continuamos trabajando, de reojo vi al bobi sacar su billetera y elegir un billete.
- Oye mano,- Se dirigió a mí- ¿Nos echamos una Indio? Pa' matar la sed.
- ¿Que paso? ¿Cómo que nos echamos una? Indio. Ora si ya me paso a torcer.- Bromee pero para mi sorpresa, no la "pesco".
- Si te ofendí, te pido una disculpa. No era esa mi intención
.- De ninguna manera. Usted nunca ofende, solo por eso esta la pongo yo.
- Que se traiga de una vez las dos...O ¿Pondrías tú la otra? - Interrogo al Chester, Que ni tardo ni perezoso, asintió entusiasmado.- Simón ¿Me consigo unos limones con el verduras, mi mai?
Esto ya pintaba para una buena peda y aunque a mí, no me resultaba agradable la idea de hacer de mi taller, una pinche cantina, decidí aceptar. Total ya casi era hora de cerrar  y el bobi de verdad parecía necesitar un trago.

Después de vaciar las botellas de cerveza, se fue soltando y nos platico la razón de su pesar.
- Ando que me carga la chingada, mano. Me siento como la mierda, de que meto la pata, hasta meto las cuatro.- Inicio su narración.- Fíjate, que tengo un taller de costura, es de lo que mantengo a la familia, bueno yo ya casi ni trabajo, por eso me ves de vago. Hace unos veinte años, entro a trabajar una jovencita muy guapa y de muy buen carácter, yo tenía como tu edad (Treinta y tantos, casi cuarenta.) La trate por trabajo y de a poquito nos fuimos enamorando, yo le doblaba la edad, pero en aquel entonces no me pareció tan importante, cuando la embarace, le eche valor y me presente con sus padres. (Eran como de mi edad, ahí, si se me abrieron los ojos, de la diferencia de edades.) Les hable derecho. "Soy casado y tengo dos hijas una, la mayor, ahí se va con su hija, pero que quieren, nos enamoramos y ahora que está embarazada, vengo a decirles que conmigo no la va a faltar nada. Miren, yo no me puedo casar, ni pienso dejar a mi mujer y a mis hijas, pero a su hija tampoco la pienso abandonar," Y me la lleve a vivir en una vecindad, en lo que conseguía algo menos peor. Ella nunca se quejo, aguanto como las buenas. Ya había nacido la niña, cuando me cayo, una casa de oportunidad, Estaba barata y no muy lejos de la  mia.asi podía visitarlas más seguido y hasta me quedaba a dormir, cuando la niña me pedía que no me fuera.
Con el paso del tiempo, sus padres, me fueron tomando confianza y me aceptaron. La niña creció y mi vieja quiso volver a trabajar, conmigo ya ni soñando. Mi esposa y mis hijas ya tenían noticias de mi casa chica y como te imaginaras, anduvieron un tiempo, bien encabronadas, pero como tampoco deje de darles su lugar, se apaciguaron y continuamos con nuestras vidas.
Cuando la niña entro a la prepa, murió su abuela y ya no hubo con quien se fuera todo el día, pero como mi vieja regresa del trabajo como a las siete de la noche y ella, como a las cuatro de la tarde, pues tampoco esta mucho tiempo sola y yo procuraba verlas casi a diario, pero de pronto me llego una duda. No me preguntes como, nomas empecé a pensar, más bien a sentir, que mi vieja andaba con otro wey.

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