domingo, 27 de julio de 2014

¿Conquistas? 2 Archivo de Audio (Resubido)

Agradesco el buen recibimiento del primer capitulo de esta historia en audio y me animo a crear la segunda parte, con algunas mejoras.( Como todo en la vida, practicando se mejora)
Ojala sea de su agrado, para seguir publicano estos archivos de audio.
Por cierto, historias nuevas tengo varias en borrador, espero publicar pronto.
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¿Conquistas? II 

 

Sin pensar, pregunte. ¿Me regalas un beso?- Me miro sin sorprenderse y negó con la cabeza.-¿Puedo saber por que?
-Tengo novio... y nos queremos casar.
-¡Oh!- Guardamos silencio, pero no soltamos el abrazo, De pronto dijo- Y no te atrevas a querer besarme a fuerza.
-¿Besarte a fuerza? No entiendo, ¿Es algo así? -Y acerque mi boca a su cara, la cual de inmediato alejo de mi y ya estábamos forcejeando nuevamente.
- Te dije que no. A mi nadie me ha podido besar a fuerza.
-Te acabo de besar el cachete.
-Ese no vale.- Mirándome a los ojos con una expresión traviesa, que invitaba a continuar- Para que sea un beso, tiene que ser en la boca.
-¿Como este?- y trate de besarla rápidamente, pero nuevamente me esquivo.
- No chiquito. No es tan fácil. Fíjate.-Disimuladamente, le tome con mi mano izquierda, la mano que tenia en mi cintura. Preparando una ofensiva de la cual, le seria difícil escapar
- Solo es cosa de usar las manos.
-Tu sólito te atrapaste- me dijo mientras apretaba mis manos. Yo simplemente deje caer el cuerpo hacia atrás arrastrándola conmigo. Quedamos tendidos de espaldas, su brazo izquierdo bajo mi cuerpo, estaba imposibilitado para accionar y su mano derecha enlazada a la mía tampoco seria de mucha utilidad. Al comprender mi ventaja, se alarmo cantidad y el miedo asomo en su mirada, sin que ella hiciera por disimularlo.- Creo que estas perdida.-Puntualice.- ¿Quieres rendirte, ya?
- Es trampa- Protesto, pero la opción de rendirse le hizo saber que no pensaba obligarla y pareció relajarse- Suéltame las manos y veras. - Amenazo.
- No creo. Pensándolo bien, voy a besarte hasta que te rindas.
- Inténtalo. Dudo que puedas.- Puse mi mano en su mejilla y me prepare para besarla, pero de inmediato volteo la cara hacia un lado y luego hacia el otro, recostados en la cama atravesados, nuestros pies quedaron colgando y de pronto los uso para impulsarse y trataba de liberar el brazo que tenia bajo mi cuerpo, sin dejar de poner la boca fuera de mi alcance. En el forcejeo temí lastimarla e intente negociar.-Mira no te vaya a lastimar, te propongo un trato. Te libero a cambio de tres deliciosos besos.-Me miro fijamente y en un susurro expreso.- No, chiquito. Yo no soy como los inditos que espantaste en la subida, a mi no me espantas platicando.- Me levante a medias e incline mi rostro sobre ella. Mi mano se poso suavemente sobre uno de sus senos y de pronto dejo de sacudirse, yo apreté suavemente un instante y luego deslice la mano hasta su cuello en espera de sus reclamos. Sus ojos estaban fijos en los míos y no dijo nada, al sentir mi mano descender hacia su pecho nuevamente, su respiración se acelero y al sentir el contacto enterró su rostro en mi cuello, su silencio me animo a continuar y ataque los botones superiores de la blusa sin encontrar la menor resistencia, mi mano se introdujo por la parte superior de su brassier y la escuche protestar muy bajito- No, no.- el calor de su aliento en mi cuello me produjo una oleada de placer y tomando su brassier por la cinta inferior lo jale hacia arriba. Sus pechos se liberaron de inmediato y ella exclamo- ¡Oh!.- Al parecer sorprendida por la maniobra. Yo al ver sus pezones me sorprendí también. Eran sumamente pequeños y parecían querer esconderse, entre la carne del busto, la aureola que los rodeaba era de un color rosa, que me hizo preguntarme- ¿Es Virgen?-(A mi mente vino una conversación, con los maestros de obra cuando era ayudante de pintor. Don Margarito, nos contaba una de sus aventuras.-....Y cuando la encuere me di cuenta que llevaba harto tiempo sin que se la cogieran....
-¿Y como supo eso?- Interrumpí, interesado.
- Pos, en las chichis se ve, no seas wey. Una vieja con las chichis rositas, lleva buen rato sin coger. Si las tiene negritas es que anda coge y coge. Las casadas las tienen negritas.- Sonriendo a los demás mayores, que asentían silenciosamente, avalando la veracidad del comentario.- No me preguntes por que. Pa'pronto no se. Pero así es. Si sus chavas las tienen negras, mejor vayan pensando en otra vieja, por que a esas se las andan cogiendo, Su patrón o alguno de sus primos.)
El descubrimiento, de su falta de actividad me motivo cantidad y me sentí aun mas afortunado.
Bese sus pezones y la sentí suspirar suavemente acaricie su vientre mientras besaba sus pechos y de pronto me dijo.- No me vayas a agarrar "Ahí", por favor, "Ahí “no, por favor- El mensaje fue recibido por mi cerebro, procesado y reenviado a mi mano, la cual sin perder un segundo se poso en su entrepierna y a pesar de la mezclilla, pude notar el calor en su interior. Ella proyecto su pelvis contra mi mano y yo la acaricie frenéticamente. Nuevamente forcejeamos. Esta vez, mas para acercarnos. Ataque su cinturón y rápidamente logre quitar el seguro, sin recibir respuesta de su parte pero cuando libere el botón, sus fuerzas se redoblaron y forcejeo de forma tal, que renovó mi temor de lastimarla. Por lo que exclame- ¡Ya. Tranquis¡ Si quieres te suelto pero no te retuerzas o te vas a lastimar.
-Pues claro que quiero que me sueltes ¿Que te piensas? ¿Que me gusta? ¡Mira nomás, ya me encueraste toda!- Al sentirse libre se levanto rápidamente y se alejo unos tres pasos, y se detuvo a arreglar su ropa. Ni siquiera se dignaba a mirarme y me pregunte ¿En que momento la regué y de que manera podría retenerla? (Recordé otro consejo de pintor. Este de Don Silvestre - Cuando, una vieja se hace la difícil y se te va, es por que eres un pendejo, que no se sabe el truco de "La Vela".
-¿El Truco de "La Vela"? ¿Cual es ese, Don Silver?- La risa de Toño, el albañil, indicaba que, o el ya se lo sabia o que yo estaba siendo muy obvio en mi interés.
-Se me hace, que ya se te ha ido viva alguna palomita, pinché Noé - Exclamo divertido, Lupe "El Karateca". Yo de 17 años, no estaba como para discutir mis proezas con una bola de cabrones que ya estaban hasta casados y preferí guardar silencio.
- No lo estén chingando, si no se la sabe, mejor es explicarle. ¿O no chavo? - Asentí en silencio y Don Silver vertió una gota de sabiduría que yo bebí ávidamente- Las mujer que te ve "La Reata" esta perdida, si se la enseñas tiene que agarrarla y si la agarra tiene que metérsela. Por eso es que no ves a las viejas manoseándonos en el metro o en el camión. Ellas, si agarran ya no sueltan.
-¿Como los perros Bulldog?- Interrogo el cuino y nos cagamos de la risa todos.
- Y ¿Por que se llama de "La Vela".
- Por Verla wey, De verla. Chingao.) Me levante apresuradamente y con torpeza me baje el cierre del pantalón vaquero. Ella escucho el sonido y detuvo sus movimientos, yo desesperado trataba de sacar mi miembro, de su prisión pero el nerviosismo y la prisa me entorpecían, ella se volvió hacia mi preguntando -¿Que haces? y al verme exclamo-¡Ay! ¡No lo vayas a sacar, por favor! ¡No lo saques!- Y ya estaba junto a mi, como queriendo evitar que lo sacara, pero ayudándome a hacerlo- ¿Por que, eres así? ¿Por que tenias que sacarte "esto"? Pregunto, apretando mi miembro en su mano, aun con la tela de la trusa de por medio.

jueves, 24 de julio de 2014

¿Conquistas? Archivo de Audio


En busca de complacer a mis lectores y buscando facilitar a quienes tienen problemas para leer, decidi probar nuevamente los archivos de audio en la voz de Carlos (Loquendo)
Iniciamos pues, con la primera parte de una de las historias mas exitosas en la historia de la pagina.
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Los hombres suponemos ser, quienes llevan las riendas en el trámite amoroso. Presumimos de conquistar a las mujeres, sin darnos cuenta de que en realidad, somos nosotros los seducidos.

Como decía Don José.
- Las viejas son el diablo, chamaco. Te hacen creer que son débiles e inocentes y utilizan todo su atractivo físico para esclavizarte y cuando te das cuenta, ya te usaron hasta que se aburrieron de ti y te mandaron a la chingada sin siquiera pestañear.

Sentí un movimiento en la cama y luche por despertar, mis parpados se negaban a separarse y mi cerebro parecía estar siendo exprimido, rodé hacia mi izquierda y te vi, de pie, vistiéndote. Lucias un poco molesta y parecías querer disimularlo
- ¿Que haces?- Pregunte.
- Ya me voy.
-¿Por Que? Quédate otro rato.
- ¿Estas loco? Ya son las once y media, no debe tardar en llegar tu mamá. No se como pudimos dormirnos.
- No te preocupes, mi madre viene hasta mañana en la noche, siempre que visita a la familia, se queda a dormir el sábado.
-De todas formas, ya tengo que irme es tardísimo y yo solo salí a comprar un sope. Mis papas han de estar bien enojados.
-Te acompaño. Permíteme vestirme
- No hace falta, si quieres duérmete. Yo puedo irme sola. (Mirándome, como diciendo- Nomás te atreves a quedarte. Hijo De La Chingada)
Me levante y recogí el pantalón del piso, después de dar una ojeada alrededor de la cama, decidí tomar una camisa del cajón, ya que la que traía puesta no supe donde quedo.

-De verdad. Si no quieres acompañarme, no es necesario. Yo puedo irme sola, además yo fui la que se vino a meter sin invitación.

1983. Sábado por la tarde, después de una semana de trabajo, regresaba a casa, cansado pero con la bolsa alegre. El camión me dejo un pueblo antes del mió y caminaba rumbo a casa, cuando la encontré. Lucia muy bella, con una blusa blanca y un pantalón "strecht" de mezclilla negra. (Seguramente marca Edoardo’s) Nos conocíamos de tiempo atrás. (En épocas de secundaria. Teníamos la misma edad y éramos de la misma generación, aunque de diferentes grupos.) Me vio y se quedo parada, esperando para saludarme.
-¿Como has estado?- Interrogo dándome la mano, y mirando el libro en mi mano izquierda, agrego- ¿Sigues leyendo?
- Es como un vicio. No se deja tan fácil. ¿A donde vas?
- Por un sope que se me antojo.
-¿De antojo, ya?- Pregunte con intención.
- Si, pero no por lo que te imaginas.- Sonriendo seductora. Su cuerpo dominaba un lenguaje mucho mas amplio, que la mayoría de las chavas que yo conocía. Generalmente me dejaba pensando en ella un par de días después de cada encuentro. No era la más bonita, pero era muy atractiva y manejaba a la perfección sus coqueteos, manteniendo siempre la distancia adecuada, para no permitir que le faltasen al respeto.

-La última vez que nos vimos, quedaste de prestarme el que leías, en cuanto lo terminaras, y todavía estoy esperando. -Reclamo sonriente
- ¿Cual era?
- No me acuerdo. Me dijiste que estaba muy bueno.
- No, pos si. Con ese dato seguro doy con el de inmediato.
-Ya, payaso. ¿A poco tienes muchos?
- Mi madre opina que si.
-¿Pues cuanto te dura un libro?
- Una semana, a veces más, a veces menos. Depende de las páginas y lo interesante.
-Pero son caros. ¿A poco te compras uno cada ocho días?
- Los compro en las segundas. Así no sale tan caro.
- Bueno. ¿Y que necesito hacer para que me prestes el libro que dijimos?
- Pues, esperar a que te hagan tu sope y mientras tanto voy y te lo traigo.
- ¡Ay, no! ¡Que Pena! ¿Como crees, que te voy a hacer dar la vuelta?
- Esta bien. No te preocupes, a mi me gusta caminar. El único inconveniente es que, no recuerdo el titulo. Pero igual y te traigo un par que están muy buenos y escoges el que mas te guste.
- ¿Y por que no me prestas los dos? ¡Tacaño!
- Te presto los que quieras. ¡Que caray! ¿Donde vas a comprar tú sope?
- Lo compro al rato. Ahorita mejor, voy contigo por el libro.
-¿A mi casa?
- O hasta china, pero hoy me prestas un libro. Fíjate, manito.
-Ándale pues, vamos por el.
Y caminando y conversando, hicimos el trayecto hasta mi casa. Un par de vecinas que encontramos nos miraron suspicaces. Preguntándose, tal vez, si andábamos.
- ¿Con quien andas? ¿Es de acá? -Pregunto. Sacando a colación el tema mas sobado a esa edad. La pregunta me sorprendió y apenado, respondí.
-No tengo novia.-Estaba en medio de una de mis peores rachas y tenia como seis meses de no agarrar ni un resfriado.
- ¡Hay si! ¡Ya parece! Si me acabo de encontrar con Perla y me dijo que anda contigo.
-¿Quien? ¿Cuando? ¿Donde?
-¡Ya payaso!- Dijo divertida- A ti no se te quita lo cotorro. ¿Verdad? No te hagas el que la virgen te habla. Bien que sabes de quien te estoy hablando.- La susodicha, era una ex compañera de escuela, que ambos conocíamos, pero nunca lleve un noviazgo con ella, A decir verdad, ni el saludo nos dábamos, regularmente me agredía verbalmente y me demostraba toda la antipatía del mundo. Ahora que ya no coincidíamos, casi la había olvidado, y el saber que presumía de un noviazgo conmigo me sorprendió cantidad. Sin saber que actitud asumir. (No fuera que mi bella amiga estuviera inventando, para sacar información) Exprese. - Esta enfriando la tarde, ¿No crees?
-Hazte menso. ¿Andan o no?- Hacia nosotros caminaban un par de tipos con apariencia de albañiles (Yo he pasado la mayor parte de mi vida productiva, trabajando en la construcción, si bien, un 80 por ciento en ventaneria. también anduve probando otros oficios y reconozco de inmediato a otros constructores) Desde que los vi venir, note su actitud de perdonavidas y su forma de mirar a mi amiga me molesto. Ella no les dio importancia y continuo caminando indiferente, pero al cruzarnos y quedar ellos detrás de nosotros, escuche decir a uno de ellos.
- Adiós a las dos.- Ya esperaba algo así, y el que un par de pendejos venidos de no-se-donde, me quisieran agandallar con la vieja, en mi propia colonia me encabrono, y volteando los enfrente.
- ¡¿Que dijiste?!- Sabiéndose en superioridad numérica, el mayor de ellos. (Un tipo ya cuarentón)Amenazo.
- Ni te pongas al pedo, porque te pongo en la madre.
-¡Pendejo! A mi no me espantas con tu paradito del Piporro. Pinché viejo ridículo.-Le espete y vi que atine donde le dolía. Sorprendido por la respuesta, miro a su compañero (Un pendejete, como de veintitantos, con la cara demacrada del típico "Drogo") esperando apoyo. Su cadavérico, acompañante solo pudo decir
-¡Chale!, ¡Chale! Si no viene solo.
-Se me hace que los dos me la pelan. Putos.- Dije suavemente y di un paso hacia ellos. Ambos retrocedieron y Marcela me tomo de un brazo, impidiéndome avanzar y al mismo tiempo rematándolos al decir.
- Ya déjalos. Son pinches tacuaros.
-¡Chale!-Repitió el huesudo - Lo que pasa, que te sientes chingón, porque estas en tu barrio. A ver, vamos a rompernos la madre en otro lado.-Su respuesta sonó tan infantil e inapropiada, que aproveche para burlarme.

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